El viaje hacia la modernidad en dos obras de José Borobio. Los pueblos de colonización de Sucs y Pla de la Font en Lleida

Abstract

La presente comunicación nace de un estudio académico entorno a los poblados construidos por el Instituto Nacional de Colonización en el ámbito del Canal de Aragón. La investigación ha sido posible gracias al inventariado y digitalización del archivo provincial de Lleida, donde se conservan los documentos inéditos de estos proyectos. El primer objetivo era poner en valor esta documentación que nos permite conocer los pueblos desde los trazados urbanos hasta las edificaciones y los detalles constructivos. El territorio proyectado por el INC comprende los pueblos de Gimenells, Vencillón, Sucs y Pla de la Font, los dos últimos obra del arquitecto zaragozano José Borobio que vinculó su actividad a la delegación del Ebro del INC. Borobio inicia su carrera profesional en plena efervescencia de las vanguardias racionalistas. Con el cambio de régimen, la situación de aislamiento cultural impone una actitud autodidacta que gira la mirada a lo popular para recuperar los valores modernos de una arquitectura sencilla y cercana. Los dibujos que Borobio realiza en sus viajes por España son una buena muestra de ello. Su mirada se centra en lo pintoresco, con un trazo ingenuo que pone en valor los volúmenes contundentes y los detalles de la arquitectura popular para acercarla a lo moderno. La construcción de Sucs (1945) se sitúa en los primeros años de desarrollo de la delegación del Ebro y en los inicios de la trayectoria profesional de Borobio. La estructura del pueblo sigue los criterios del INC en lo que se refiere a la imagen “folklórica” del conjunto. La plaza se sitúa en el centro, donde se cruzan las dos calles principales y se encuentran la iglesia y el ayuntamiento. Una estructura urbana compacta y con una imagen general que busca asimilarse a la arquitectura popular copiando ciertos “clichés” formales. Aun así hay un incipiente interés por la geometría en la composición tanto del planeamiento de los trazados como en la fragmentación parcelaria o la composición de las fachadas y un interesante esfuerzo en jerarquizar las circulaciones para cargarlas de funcionalidad. Una década después, Borobio acomete la construcción de Pla de la Font (1956) a escasos 5 km del anterior, los que dictaba el “módulo carro”. El proyecto llega en el momento de plenitud del arquitecto, con una modernidad asumida y alejada de la copia a lo popular. En Pla de la Font, la trama urbana se articula para dialogar con el paisaje y adaptarse a la topografía. La plaza se desdibuja y se aleja del centro para pasar a ser un espacio ajardinado rodeado de los equipamientos principales; un mirador sobre el paisaje. La parcelación y la composición de los volúmenes residenciales se tornan un ejercicio de composición abstracta, una imagen más cercana a la arquitectura nórdica. Así, el artículo intenta desvelar a través de dos ejemplos, la evolución de la obra de Borobio y su aportación a la recuperación de la modernidad arquitectónica desde la reproducción de lo popular a la manipulación de formas modernas. Una trayectoria de depuración y transformación; camino que también siguieron otros “pioneros” para reencontrarse con la modernidad perdida