Power and Cultures of the World. Developing New Social Architectures of Influence in the UN: a Network Analysis

Abstract

The most important sociologists have discussed whether it is the social structure that produces individual behaviours or the latters are only the results of individuals’ will. In the literature of international relations, as well, a similar debate about the structure-agency problem has developed: in this context, the central question is whether or not there exist external sources of influences for the decisions that states take in international politics. This article, by sharing an integrative and post-structural approach (Archer, 1995; Foucault, 1970) proposes an empirical analysis of the formation of power architectures within the UN-SC surrounding the question of Intercultural Dialogue. A Social Network Analysis checks whether the way actors exercise power is concurrently the result of individual wills whose contents follows both institutional and cultural conditioning. Findings show that there is not a fixed structure of power relations which can be given for granted but it is continuously negotiated through both practices and social interactions. However, both institutional and, above all, cultural factors shape power relations.

Los sociólogos más importantes han discutido si es la estructura social la que produce los comportamientos individuales o si estos últimos son el resultado de la voluntad de los sujetos. También en la literatura sobre relaciones internacionales se ha desarrollado un debate similar sobre el problema agencia-estructura: en este contexto, la pregunta es si existe o no fuentes externas de influencia en las decisiones que los Estados toman en política internacional. Este artículo propone un análisis empírico de la formación de estructuras de poder dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas alrededor de la cuestión del diálogo intercultural. Utilizando el análisis de redes sociales, se contrasta si el modo en que los actores ejercen poder es simultáneamente el resultado de voluntades individuales cuyos contenidos están condicionados institucional y culturalmente. Los resultados muestran que no hay una estructura de las relaciones de poder fija y que pueda darse por supuesta, sino que es continuamente negociada a través de prácticas e interacciones sociales. Sin embargo, tanto los factores institucionales como, sobre todo, los culturales modelan las relaciones de poder.